Durante mi trayectoria profesional he asesorado a una amplia gama de empresas para alinear la sostenibilidad con el éxito del negocio. Trabajo para que la sostenibilidad forme parte de la estrategia de las organizaciones logrando generación de valor económico y social que perdure en el tiempo.
He sido consultora estratégica en PwC, y directora de Sostenibilidad en IKEA, NH Hotel Group, intu Properties y MAPFRE. Como parte de mis responsabilidades, he formado parte de la junta directiva, consejos asesores y grupos de trabajo de diferentes instituciones como, entre otros, el PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Amiente) o el WTTC (World Travel and Tourism Council) y he sido profesora en programas de ESADE, IE Business School y EOI University, entre otros.
Recientemente, he fundado ACATIVA PARTNERS, consultora boutique especializada en estrategia y sostenibilidad. Además, soy Senior Advisor en EUROFUND, líder en Europa en inversión y desarrollo de proyectos en el sector comercial, miembro del Consejo Asesor de Hill & Knowlton, agencia global de relaciones públicas y fundadora y presidenta de WAS (Women, Action, Sustainability), una asociación de mujeres líderes que tiene como objetivo posicionar la sostenibilidad en las decisiones de alta dirección, contado con el liderazgo femenino.
Un camino recorrido desde el propósito
He llegado a donde estoy hoy profesionalmente, desde el propósito. No lo busqué. Me encontró a mí. Tenía menos de 20 años y estaba en la Universidad. Era la guerra de Irak y en la operación tormenta del desierto se destruyeron los pozos petrolíferos. Se produjo una gran contaminación. La mayor contaminación del mar que ha habido en la historia hasta ahora.
Ese día, en el periódico, vi una imagen del derrame y me impactó. Reconocí que la naturaleza es el bien más importante para las personas, para la vida y para la economía. Me hice preguntas sobre el medio ambiente y la Economía, por qué pensamos que los recursos naturales son infinitos o cómo asignarles un precio; ¿Cuánto cuesta contaminar? y ¿Quién paga?
Así que, con estas preguntas como guía, me empecé a interesar por lo que conocemos como sostenibilidad desde una perspectiva económica.
Al principio estudié mucho, leía todos los libros que caían en mis manos, asistí a muchos cursos y conferencias y me movía una curiosidad enorme, unido a un fuerte propósito. Y en el camino, he tenido la suerte de trabajar con gente que me ha ayudado muchísimo, con grandes profesionales y fantásticas personas de las que he podido aprender y que me han acompañado en el camino. Todo lo que logramos es el resultado de los equipos de los que formamos parte.
Para mí fue un desafío en sí mismo trabajar en el área de sostenibilidad. Cuando empecé, todavía las empresas no estaban interesadas. Fue una etapa en la que trabajamos en la creación de la estructura que nos ha llevado hasta aquí, desde normativa medioambiental, a instrumentos económicos y estándares y metodologías. Hoy soplan a vientos a favor y tenemos la oportunidad de crear un impacto enorme desde el mundo empresarial, que además genera valor.
La sostenibilidad como escaño para alcanzar la igualdad de género
Es interesante como la evolución de las cuestiones medioambientales y sociales en las empresas ha sido paralela a las cuestiones que tienen que ver con la igualdad de género, y eso son buenas noticias para todas las personas.
Las normas y recomendaciones en materia de gobernanza y de ética nos han llevado a tener desde códigos de conducta, a canales de denuncias o medidas de diversidad implementadas.
Mejoras que se han impulsado en favor de la igualdad, como por ejemplo las bajas por paternidad, nos han ayudado a todos como sociedad. En mi caso particular, cuando tuve a mis hijos, yo me tomé mis bajas maternales para su cuidado. Sin embargo, mi marido volvió al trabajo a los tres o cuatro días, y toda la sociedad lo veíamos normal. En estos años he tenido cerca a madres y a padres, tomando la responsabilidad de formar una familia de forma igualitaria. Y esto ha sido bueno para ellos, como personas, para sus familias, como profesionales, y también para las empresas.
Hoy estamos ante grandes cambios en materia de igualdad. La educación y la tecnología nos están ayudando a ello. Nuestra generación está trabajando, integrando el respeto al medio ambiente en la actividad económica y también causas sociales tan relevantes como la igualdad de género. Estamos viviendo una transformación tan profunda como lo fueron la revolución industrial o incluso los movimientos por los derechos civiles del siglo pasado. En este siglo XXI, estos grandes cambios parecen que nos llevan a un nuevo modelo de sociedad.
Creo que ha habido una evolución enorme en los últimos años y nos tenemos que felicitar. En el ámbito europeo, las nuevas normas de la UE para promover una representación más paritaria en los consejos de administración de las sociedades cotizadas han sido un gran acelerador porque, por un lado, se ha logrado ya en países como España, alcanzar el 40% de presencia en Consejos del sexo menos representado, y este logro está moviendo también mayores de igualdad en comités de dirección. Sin embargo, no es momento de bajar la guardia, porque según el World Economic Forum, hacen falta 131 años para cerrar la brecha de género total y se tardarán 169 años en alcanzar la paridad económica.
El futuro es una sociedad sostenible, donde las personas, independientemente de su género puedan desarrollarse en las áreas que deseen y que no tengan límites para lograrlo. Hablar de igualdad es hablar de talento y que todos los talentos puedan aportar lo mejor para construir una mejor sociedad. Que se pueda soñar con ser quien se quiere ser. Creo que de esta forma lograremos mejores personas, que construirán una mejor sociedad.
Si quieres conocer otros testimonios como el de Mónica Chao Janeiro, puedes acceder a nuestro especial por el 8M, donde contarás con otros artículos de mujeres de diversos campos que trabajan por un futuro más sostenible e igualitario.