Este mes, el urbanismo perdió a uno de sus referentes: José Fariña. Catedrático emérito de urbanismo de la Universidad Politécnica de Madrid, desde la Fundación Conama queremos sumarnos al reconocimiento de su legado en la defensa de ciudades resilientes, humanizadas y diversas, hechas para las personas, saludables y llenas de naturaleza.
Además de su labor académica e investigadora, Fariña fue un divulgador excepcional. Publicó más de 280 artículos en su blog personal, un espacio donde invitaba al debate y la reflexión con artículos profundos, pero fáciles de leer y llenos de humor e inteligencia. Como explicó a la Red de Ciudades que Caminan, siempre echó de menos “algún sistema que me permitiera contar aquellas cosas que no tienen cabida en una clase”.
En 2011 tuvimos el honor de contar con él en el comité científico del CONAMA Local que con el lema “reformulando juntos las ciudades” se celebró en Vitoria-Gasteiz. Allí tuvo la ocasión de conocer de primera mano los proyectos premiados en la 5ª edición del Premio CONAMA a la sostenibilidad en pequeños y medianos municipios -“uno de los actos más emocionantes a los que he asistido”-. Como explica en su la entrada Del CONAMA local a Durban global de su blog, “después de oír hablar de periferias fragmentadas, de smart cities, de cambio climático o de la crisis financiera, parece como si nos reencontráramos con la realidad de las cosas. Es conveniente que, de vez en cuando, alguien nos diga que el suelo es de verdad. Es decir, que es tierra, la tierra de toda la vida, no un producto inmobiliario. Que esa tierra es la que, en el fondo, nos da de comer, no la deuda soberana. A veces perdemos esto de vista”.
Con esta visión realista y sensible estuvo presente en sus múltiples contribuciones al Congreso Nacional del Medio Ambiente (CONAMA). Como colaborador técnico en distintos comités, como ponente en sesiones como La agenda urbana local o como experto en informes como La movilidad que queremos: para una ciudad sostenible y segura, donde nos recuerda que “Las grandes plagas del siglo XXI ya no son solo las enfermedades infectocontagiosas posteriores a la Revolución Industrial, sino el sedentarismo, la obesidad y los tumores causados por la contaminación. Todas ellas propiciadas por el uso del coche”.
Salud como motor del cambio y naturaleza como herramienta para hacer nuestras ciudades más sostenibles y habitables, siempre con un enfoque holístico: “La diversidad es fundamental en todos los lugares, no solo en el medio natural, sino también en lo social. Necesitamos ciudades complejas y diversas para ser más resilientes, más resistentes ante los eventos externos que nos puedan afectar”.
Echaremos de menos su generosidad y su sabiduría, pero su visión y su inspiración no dejarán de alimentarnos.