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Se acerca la COP 28

COP28: ¿qué posición adoptará la Unión Europea en la próxima cumbre del clima?

Juan F. Samaniego y Tania Alonso, de Planeta Mauna Loa.
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Faltan más de cuatro meses para que empiece la COP28, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2023 que se celebrará en Dubái, la capital de los Emiratos Árabes Unidos. Sin embargo, la Unión Europea ya ha empezado a fijar su postura de cara al mayor evento climático del año, donde se tomarán las decisiones que marcarán la acción política internacional contra el calentamiento global.

 

Claves de la posición de la Unión Europea para la COP28

 

La última cumbre del clima, celebrada en Sharm el Sheij, dejó un sabor agridulce. Es cierto que se creó un mecanismo para que los países desarrollados compensen a los más vulnerables por los daños que les causa el cambio climático, pero no se fijaron los detalles de su financiación. Tampoco se avanzó en el compromiso de los países ricos de aportar 100 000 millones de dólares anuales para financiar la acción climática de los estados más pobres.

La COP27 tampoco se cerró con el ansiado pacto de una estrategia concreta para abandonar los combustibles fósiles de forma que sea posible alcanzar el principal objetivo del Acuerdo de París. Es decir, mantener el incremento de la temperatura global en torno a los 1,5 °C respecto a los niveles preindustriales.

Con este panorama sobre la mesa, estas son las claves de la posición que intentará mantener la UE, bajo presidencia española, durante la próxima COP28 que empezará el 30 de noviembre.

 

Desengancharse de los combustibles fósiles

 

El pasado mes de marzo, el Consejo Europeo fijó una posición diplomática común para presionar en la COP28 en favor de una transición global hacia sistemas energéticos libres de combustibles fósiles antes de 2050, no solo por razones climáticas, sino también por volatilidad económica y vulnerabilidad geopolítica. Aunque el acuerdo del Consejo pide dejar de financiar el carbón de forma inmediata, no mantiene la misma dureza con el petróleo y el gas. La dificultad de alcanzar este compromiso a nivel global ya quedó patente en la COP27 de Sharm el Sheij.

 

Construir sobre el camino recorrido

 

El Acuerdo de París contempla que cada cinco años se lleve a cabo un análisis de cómo avanza su implementación. En la COP28 se presentarán las conclusiones del primero de estos balances, iniciado en la COP26 de Glasgow. En una reunión reciente, los representantes de la Comisión Europea pidieron que este balance no se quede en un simple análisis, sino que sirva de base para establecer vías reales para reducir las emisiones, mejorar la adaptación y reforzar la financiación climática. Lo hicieron junto al presidente de la COP28, Sultan Al Jaber, cuya posición al frente de la cumbre ha sido criticada por ser también CEO de la Compañía Nacional de Petróleo de Abu Dabi.

 

Multiplicar la financiación

 

En 2009, los países desarrollados se comprometieron a proporcionar 100 000 millones de dólares anuales para la financiación climática a partir de 2020. Ese objetivo está lejos de cumplirse (un informe reciente de Oxfam Intermón estima que el valor real de la financiación no pasó de los 24 500 millones en 2020). Así, al igual que en cumbres anteriores, en Dubái se hablará mucho de dinero. La Unión Europea llegará a la COP28 con la idea de lograr compromisos firmes, sobre todo, de los países del G7, para que el objetivo de los 100 000 millones se cumpla ya este 2023.

Además, en el último año, la UE ha dado algunos pasos para impulsar la financiación sostenible, como la aprobación de la taxonomía verde que regula qué es y qué no es una inversión sostenible. En Dubái, los Veintisiete tendrán también el objetivo de reactivar el Fondo Verde, un mecanismo financiero aprobado en la COP26 para contribuir a la adaptación al cambio climático en los países en desarrollo.

 

¿Hacia un mercado global de carbono?

 

El próximo 1 de octubre empezará la primera fase del Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono (CBAM, por sus siglas en inglés) de la UE. Este busca fijar un precio del carbono para determinadas importaciones, es decir, gravar las emisiones de productos que vengan de fuera de la UE. La creación de un mercado de carbono global y realmente efectivo es una de las grandes apuestas del Acuerdo de París, pero sigue sin definirse ocho años después. Habrá que estar pendiente de si la experiencia de la UE sirve para avanzar en este sentido.

Más allá de estos asuntos clave, la COP28 también girará alrededor de cómo hacer funcionar el mecanismo de daños y pérdidas climáticos, reforzar la expansión de las energías renovables en un contexto económico volátil y, sobre todo, recuperar la importancia del multilateralismo y de las cumbres del clima, en las que no se han logrado grandes avances desde que en 2015 se negoció y se pactó el Acuerdo de París.

 

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