Soy licenciada en Ciencias Económicas, Máster en Economía Industrial y Doctora en Estadística y Econometría por la Universidad Carlos III de Madrid. Comencé mi carrera profesional en la docencia e investigación ejerciendo durante más de 7 años en diferentes universidades españolas (Universidad Carlos III, Universidad de Alicante, Universidad Autónoma de Madrid) y extranjeras (London School of Economics, Stanford University). Cuento con experiencia en la Administración Pública, como Vocal Asesora primero y después como Subdirectora General de Desarrollo Sostenible en el Gabinete del Presidente del Gobierno durante un periodo de casi 4 años, lo cual me permitió conocer desde dentro la función pública, con tareas de responsabilidad en materia de energía y cambio climático.
Hace más de 20 años que estoy trabajando en ENDESA, una empresa que me ha permitido crecer profesionalmente, ocupando diferentes puestos de responsabilidad en distintas áreas de negocio. Desde hace 7 años estoy al frente del Departamento de Proyectos de Sostenibilidad para el Negocio de Generación en España y Portugal.
ENDESA es una empresa energética que pertenece al grupo ENEL, desarrolla actividades de generación, distribución y comercialización de electricidad y gas natural fundamentalmente en España y Portugal, y cuenta con cerca de 9.000 empleados y más de 10 millones de clientes.
El desafío de la brecha de género
Si echamos la vista atrás, yo creo que son muchos los avances logrados para la integración real de las mujeres, pero también, hay que ser conscientes de lo mucho que queda por hacer. La brecha de género es todo un desafío, y pienso que más pronunciado para las mujeres que trabajamos en el sector energético que en otros sectores. Según datos del ‘Observatorio sobre el Rol de la Mujer en las Empresas del Sector Energético’, realizado por AEMENER (Asociación Española de Mujeres de la Energía), la presencia femenina en este sector está en torno al 30%, con la mayor representatividad en puestos técnicos y administrativos. En los cargos directivos y mandos intermedios, sin embargo, la presencia de mujeres es mucho menor que la de hombres, y tan solo un 22,5 % de las mujeres ocupan puestos de alta dirección.
Conocer los motivos por los que la presencia femenina no está más extendida en el sector es fundamental para poder aportar soluciones. Por un lado, puede deberse a los roles tradicionales de género y por otro, por el conocido como “techo de cristal”. Los sesgos y los estereotipos de género suponen sin duda un obstáculo para la presencia de mujeres en el sector energético. Las normas culturales y sociales tradicionales todavía influyen en el mercado de trabajo y en la educación, lo cual hace que la presencia de mujeres siga siendo limitada en el sector y, en general, en todas las materias relacionadas con las competencias STEM. La educación, por tanto, pienso que es una de las claves para superar las barreras existentes y se debe fomentar la participación de las mujeres en campos relacionados con STEM desde la educación primaria.
Es importante también el rol que deben jugar las empresas en materia de género, a través de planes y programas que garanticen la igualdad de oportunidades. En concreto ENEL ha sido reconocida por el Bloomberg Gender Equality Index, un índice de referencia que evalúa la igualdad de género a través de cinco pilares: desarrollo de liderazgo y talento, igualdad de remuneración y paridad de remuneración entre géneros, cultura inclusiva, políticas contra el acoso sexual y la imagen de la marca. Ha sido confirmada por cuarto año consecutivo por su apuesta por la diversidad y la inclusión y cuenta con unos objetivos ambiciosos enmarcados en la Política de Diversidad e Inclusión del Grupo, en todos los aspectos de la diversidad: género, edad, discapacidad y nacionalidad.
Existen referencias normativas o iniciativas institucionales que por otra parte impulsan la cuestión de género. Por ejemplo, la ONU, en sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) dedica su número 5 a la Igualdad de Género y el empoderamiento femenino. Y con él no solo asegura la participación plena y efectiva de las mujeres, así como la igualdad de oportunidades de liderazgo a todos los niveles decisorios en la vida política, económica y pública, sino también a aprobar y fortalecer políticas acertadas y leyes aplicables que lo promuevan.
Mi carrera profesional la he desarrollado en un entorno todavía muy masculinizado pero que poco a poco camina hacia la igualdad de género. Es necesario poner en valor la aportación de las mujeres en este ámbito y ofrecer oportunidades que permitan superar la importante brecha de género aún existente. Nos encontramos ante un momento extraordinario para el sector que se enfrenta a un cambio de paradigma – la transición energética- que va a requerir del talento de todas las personas, mujeres y hombres, trabajando en equipos multidisciplinares y diversos por un fin común. Los retos y objetivos que se plantean para el futuro son muchos y estoy convencida de que la mirada femenina va a ser clave para lograr un futuro más sostenible.
Un cambio de modelo de negocio para una transición justa
La crisis climática y más recientemente la invasión de Ucrania, ponen de manifiesto la necesidad de elevar la ambición y el ritmo del proceso de descarbonización de la economía, que pasa necesariamente por un cambio de modelo energético. Una transición energética basada en la electrificación de la demanda (fundamentalmente en industria, vivienda y transporte) y un mix eléctrico descarbonizado, que supone la sustitución de combustibles fósiles por energías renovables.
En ENDESA la integración de la sostenibilidad nos ha llevado a un cambio de modelo de negocio con un objetivo claro de convertirnos en una empresa 100% renovable. Hemos identificado el cambio climático como el principal reto al que nos enfrentamos como sociedad y hemos orientado nuestro negocio y nuestro plan industrial 2024 – 2026 para dar respuesta a este reto, adelantando a 2040 nuestro compromiso de “Emisiones Cero” de nuestro mix de producción.
Mi función en ENDESA es trabajar codo a codo con los equipos de negocio para que esta transición se realice sin dejar atrás a nadie, invirtiendo, con el resto de los agentes, para generar nuevas oportunidades en los territorios afectados por el cese de actividad de las centrales de carbón y garantizando que se crea el máximo valor a la comunidad local en los nuevos emplazamientos de renovables. Trabajamos a través de procesos participativos con las comunidades locales, forjando relaciones de confianza para conseguir la mejor integración de proyectos y activos en el territorio, garantizando así la sostenibilidad a largo plazo de las operaciones.
Si quieres conocer otros testimonios como el de Ada Fiteni Campos, puedes acceder a nuestro especial por el 8M, donde contaras con otros artículos de mujeres de diversos campos que trabajan por un futuro más sostenible e igualitario.