Desde pequeña he mostrado cierta destreza por las asignaturas de ciencias y, en concreto, las matemáticas y el dibujo técnico eran mis favoritas. Me entretenía y sentía gran satisfacción a la hora de enfrentarme a problemas matemáticos y encontrar la solución o hacer un levantamiento de piezas partiendo de los alzados, plantas y perfiles. Tal vez, no era muy común…
Por otro lado, tuve una estrecha relación con el campo, vastas extensiones de tierras cultivables y naturaleza, mis raíces. Creo que es por todo esto por lo que decidí estudiar Agrónomos y me especialicé en Industrias Agroalimentarias, en la Universidad Politécnica de Madrid. Por entonces, la carrera duraba 6 años y además había que realizar un proyecto de fin de carrera. Ahora que lo pienso… fue bastante larga.
Mi primera experiencia profesional fueron unas prácticas en Campofrío. Mi deseo era trabajar en la planta en contacto con el proceso productivo, pero por casualidades de la vida, terminé en el Departamento de Calidad. Esto sin duda marcó mi trayectoria. A partir de ahí, trabajé en varias empresas de diferentes sectores, siempre en materia de calidad y medio ambiente. En 2003, me incorporé a Ferrovial como responsable de Calidad. Pero en 2008, mi director me dio la oportunidad de asumir nuevos retos y empecé a desarrollar nuestra actual Estrategia de Cambio Climático. Sin duda un tema apasionante que me permitió especializarme en otro ámbito hasta llegar a asumir mi puesto actual como Gerente Corporativo de Sostenibilidad, Cambio Climático y Medio Ambiente.
Viviendo el cambio en igualdad de género
Ni en el colegio ni en mi etapa universitaria sentí diferencias de género. En realidad, nadie me empujó a elegir mis estudios y tampoco nadie me puso trabas. Creo que, en mi generación, o por lo menos en mi entorno, tanto nosotras como ellos estudiábamos lo que queríamos siempre que no hubiera problemas familiares de algún tipo. Al incorporarme al mundo profesional, salvo en una ocasión muy al principio, tampoco sentí ningún impedimento por mi condición de mujer. Siempre me he movido en sectores “muy masculinizados” y la experiencia ha sido enriquecedora y he crecido profesionalmente. Tal vez sea ahora, no sé si condicionada por los debates que hay de género, cuando pienso que donde puede haber más diferencias es en las posiciones de alta dirección. Sin entrar en análisis y sin buscar razones.
Sostenibilidad en la empresa, promoviendo alternativas para el cambio
Desde el punto de vista profesional, cuando trabajas en una estrategia de sostenibilidad o en una estrategia de cambio climático de una compañía, diseñas una realidad mejor. Al principio, mencioné que como estudiante me entretenía resolviendo problemas y encontrando soluciones. Ahora sigo igual. Me gusta analizar los retos en materia de sostenibilidad y proponer alternativas que podamos aplicar para que la empresa o un proyecto tenga un mejor desempeño. Creo que una de las funciones que más me satisfacen de mi rol es que me permite promover este cambio aportando valor tanto a la empresa como a nuestra cadena de valor.
Esa sensación de que aportas algo positivo y del trabajo bien hecho es realmente gratificante. En lo profesional, ha sido importante alinear la estrategia empresarial con los Objetivos de Desarrollo Sostenible promovidos por Naciones Unidas y poder cumplir con nuestro lema de empresa de Infraestructuras Sostenibles. La parte medioambiental es clave. Debemos trabajar en pro de la descarbonización de nuestras actividades a través del establecimiento de un «Deep Decarbonization Path» que nos permita cumplir con los objetivos de reducción de emisiones avalados por la iniciativa Science Based Target Initiative (SBTi). De esta manera, la apuesta por el consumo de energías renovables, la eficiencia de los procesos, la economía circular, la gestión del agua o alinear las actividades con los criterios taxonómicos son algunas de las acciones y ambiciones que tengo como metas y que impulso. ¡No olvido que se consiguen gracias a la “summa” de todos! como recogía nuestra marca de la universidad corporativa.
En lo personal, y aunque vivimos en una realidad consumista, intento hacer el ejercicio de ser coherente en casa como lo soy en el trabajo, aplicando pequeños gestos en mi día a día. Y como madre de tres hijos, quiero que ellos también crezcan en contacto con el campo y que lo disfruten. Porque como yo, antes que ellos, esta experiencia les marcará su futuro.
Si quieres conocer otros testimonios como el de Ana Peña Laseca, puedes acceder a nuestro especial por el 8M, donde contarás con otros artículos de mujeres de diversos campos que trabajan por un futuro más sostenible e igualitario.