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REPower EU: Así es el nuevo plan de energía de la Unión Europea

Poner fin a la dependencia de la Unión Europea de los combustibles fósiles procedentes de Rusia y hacer frente a la crisis climática. Con este doble objetivo, la Comisión Europea ha lanzado recientemente el Plan REPowerEU. En este análisis de Conama y Ecounión, te contamos alguno de los aspectos esenciales en los que se basa y cómo puede cambiar el contexto energético de los próximos años:

Aumento del ahorro de energía

Según la Comisión el ahorro de energía es la “forma más rápida y barata de hacer frente a la actual crisis energética” por lo que propone mejorar las medidas de eficiencia energética. A largo plazo, aumenta del 9 al 13% el objetivo vinculante de eficiencia energética en el marco del paquete ‘Fit for 55’ de la legislación sobre el Pacto Verde Europeo, que busca reducir las emisiones más de la mitad de las emisiones para 2030.

A corto, pide cambiar comportamientos en hogares e industrias que reduzcan la demanda de gas y petróleo en un 5 %. Para ello, propone campañas de comunicación y medidas fiscales que fomenten el ahorro de energía como tipos reducidos del IVA para los sistemas de calefacción energéticamente eficientes, el aislamiento de edificios etc. Además, la Comisión también establece medidas cautelares en caso de interrupción grave del suministro y presentará un paquete de medidas sobre la descarbonización del transporte de mercancías.

La diversificación del suministro de energía

La Comisión ha lanzado una Plataforma Europea para el Abastecimiento de Energía para la adquisición conjunta y voluntaria de gas, gas natural licuado (GNL) e hidrógeno renovable. El objetivo es buscar diversos proveedores que permitan reducir la dependencia energética de Rusia y asegurar el abastecimiento en los Estados Miembros en función de la demanda, optimización de infraestructuras, etc.

La UE también impulsará la creación de asociaciones a largo plazo con los proveedores, incluida la cooperación en materia de hidrógeno u otras tecnologías ecológicas. En este sentido, la Vicepresidenta Tercera del Gobierno y Ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha declarado que España tiene el potencial para liderar en materia del hidrógeno renovable. 

El despliegue acelerado de las energías renovables

El plan apuesta por aumentar el objetivo principal para 2030 de energías renovables del 40 % al 45 % en el marco del plan “Fit for 55”. También se impulsará otras acciones:

– Una Estrategia de energía solar de la UE específica para duplicar la capacidad solar fotovoltaica de aquí a 2025 e instalar 600 GW de aquí a 2030. Además, una Iniciativa de energía solar en los tejados con la obligación legal de instalar paneles solares en edificios nuevos.

Duplicar el despliegue de bombas de calor (en viviendas y servicios se propone 41.5 millones de unidades) y medidas para integrar la energía geotérmica y solar térmica en los sistemas de calefacción urbana y comunitaria modernizados.

– Una Recomendación de la Comisión para reducir la lentitud y complejidad de los permisos para grandes proyectos de energías renovables y reconocerlos como de interés público superior.

– Establecer un objetivo de 10 millones de toneladas de producción nacional de hidrógeno renovable y de 10 millones de toneladas de importaciones para 2030, a fin de sustituir el gas natural, el carbón y el petróleo en industrias y sectores del transporte difíciles de descarbonizar.

– Un Plan de acción del biometano que contempla una nueva asociación industrial en este ámbito e incentivos financieros para aumentar la producción a 35 bcm para 2030. Además, para 2024, los Estados miembros tienen que recoger por separado los residuos orgánicos, que pueden valorizarse en digestores anaeróbicos.

Un contexto cambiante

Las valoraciones y análisis sobre el Plan aún no son muy extensos debido al poco tiempo que ha transcurrido desde su presentación y a la complejidad de realizar predicciones en un contexto cambiante como el actual. En España, por ejemplo, el año pasado comenzó una vertiginosa subida de precios de la energía – lee nuestro análisis aquí -, agravada por el inicio de la guerra de Ucrania. Todo ello, llevaron a España y Portugal a pedir la «excepcionalidad ibérica”, es decir, la UE aceptó que ambos países pudieran llevar a cabo medidas excepcionales para bajar el precio de la electricidad